jueves, 4 de junio de 2009

La pesca de la trucha (II)

Características:
La trucha común (Salmo trutta o Trutta fario) pertenece a la familia de los salmónidos, que se distinguen de los demás peces de agua dulce, entre otras cosas, por presentar una pequeña aleta dorsal, secundaria y adiposa, más bien oscura y situada cerca de la cola.
Este pez se encuentra en casi todos los ríos de aguas puras y cristalinas, es especial de aguas rápidas y batidas, en alturas superiores a los 700 metros, ríos que suelen ser de lecho arenoso y pedregoso. También se encuentra en gran número de lagos y lagunas de montaña.
La trucha presenta una cabeza fuerte y un cuerpo bastante esbelto y de bonita línea. El maxilar inferior es muy prominente y cubre con creces el superior, los dos provistos de agudos dientes. Posee una poco prolongada pero prominente aleta dorsal, a la que sigue, muy retrasada, la pequeña aleta adiposa característica; dos potentes aletas branquiales y otras dos pectorales, que le facilitan sostenerse en las corrientes rápidas; una larga aleta anal y, por último, una fuerte cola que le permite dar saltos de hasta dos metros. Sus escamas son pequeñas, y la coloración muy brillante, especialmente en los flancos; varía según las aguas, con tonalidades que van desde el pardo oscuro a un gris claro, salpicado de pintas rojas y negras. El color de la carne es blanco o algo rosado, según los elementos que predominen en su régimen alimenticio.
Existe también en la mayoría de los ríos españoles la llamada trucha arco iris (Salmo iredeus o Salmo gairdneri), oriunda de la región del río Sacramento, en Estados Unidos, que fue importada a Europa hacia el año 1.890 y que se ha aclimatado a la perfección en la mayoría de los sitios, pero especialmente en embalses y aguas arriba de los mismos, ya que si no encuentra obstáculos huye hacia el mar. Es más rústica que la común y soporta aguas algo más calidad y menos oxigenadas que aquélla; soliendo alcanzar incluso, mayor tamaño que nuestra trucha indígena, y siendo tanto o más prolífica. Se distingue por su bella y brillante coloración irisada, de ahí su nombre.
Los ríos ideales para la trucha común son, en especial, los de alta montaña, de aguas limpias, transparentes y muy frescas, de corriente rápida y tumultuosa, con pequeñas cascadas y rápidos, alternando con pozos y tablas. La temperatura ideal del agua es aquélla cuyo máximo oscila entre los 13 y 15 grados, que en la trucha arco iris puede llegar hasta los 18 grados.

lunes, 1 de junio de 2009